jueves, 25 de junio de 2015

Las reinas del deporte rey

La presencia de la mujer en el mundo del fútbol

“No sabes lo que es una pelota, andá a lavar los platos”, le dijo el exfutbolista argentino Loco Gatti a la periodista Carme Barceló el pasado mes de marzo en el programa televisivo El Chiringuito de Jugones. Un claro ejemplo que ratifica que los estereotipos sobre la mujer en el fútbol, en todos sus ámbitos, perduran en el tiempo. Pese a ello, el binomio mujer y fútbol es un desafío en auge.

La Federación Española de Fútbol y la UEFA discriminan al fútbol femenino con pagos irrisorios, como los 1.352,28€ que recibió el club campeón de Liga. Por si tal discriminación no fuera suficiente, la FIFA se encarga de humillar a jugadoras demasiado altas, de cuerpo atlético o con rasgos no especialmente femeninos, teniendo que superar una prueba de sexo para verificar que son mujeres. La incorporación de la mujer en el mundo del fútbol es una realidad. 

Mujer y fútbol:  Pese a los estereotipos, es una realidad cada vez más presente.
Cada vez es más habitual que las chicas jueguen a este deporte. En España, 40.885 mujeres cuentan con licencia futbolística; siendo 1.514 de Aragón. Una cifra que aumenta considerablemente año tras año, teniendo en cuenta que en 2004 eran solo 315 aragonesas las que estaban federadas. Pero el género femenino se está abriendo un hueco en el más amplio mundo del balón. Además de en el terreno de juego, la presencia de la mujer es cada vez mayor entre la afición, dirigentes, arbitraje e incluso entre el periodismo deportivo.

Texto y fotografías: Lara García

Tras el balón… Mariela Coronel
Vive el día a día y no tiene sueños. Ya ha hecho realidad todo lo que un deportista puede anhelar. A sus 33 años, dicen que está en su segunda juventud. Y así es. Jugadora de fútbol, con ganas de apuntarse a clases de karate y con el deseo de ser entrenadora cuando cuelgue las botas. De no haber sido futbolista, se habría dedicado a la gastronomía, o a la psicología. Perfeccionista, exigente consigo misma, activa, buena compañera, solitaria y un poco loca. Así se define Mariela Coronel (Argentina, 1981), la capitana del Transportes Alcaine tras ocho temporadas en las filas del equipo maño.
Mariela vino a España en 2007, cuando fichó por el equipo entonces llamado Prainsa Zaragoza.
Como el 33,1% de las 447 futbolistas encuestadas por DETACÓNLAB, Mariela compatibiliza el fútbol profesional con otro empleo: trabaja en la tienda del club. Empezó a jugar al fútbol de manera más profesional a los 14 años, sin embargo, desde los 4-5 años se escapaba a jugar con su hermano mientras sus padres dormían la siesta. El fútbol influye en su estado anímico y no le gusta perder ni en los entrenamientos, “mi vida pasa por el fútbol”, asegura.

Mariela es una persona muy activa, capaz de compatibilizar fútbol con su otro empleo.
Tras jugar en el Club Atlético Independiente y en el San Lorenzo de Almagro, no dudó en cruzar el charco para crecer profesionalmente. Según Mariela, en Argentina cada vez son más los clubes que se permiten tener un equipo de fútbol femenino, pero en condiciones muy pobres. “Aun estando en Primera, siempre tienen preferencia las categorías inferiores de los chicos; cada vez hay más chicas que juegan aunque la repercusión sigue siendo mínima”, como también cree que sucede en España. No obstante, desde que llegó al Transportes Alcaine, el club ha aumentado de dos a ocho categorías.

Mariela fue convocada en dos mundiales con la selección argentina y jugó los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Por ello, como internacional, afirma que el fútbol femenino está infravalorado a nivel mundial, “es cierto que en EEUU, Alemania o Suecia es muy distinto; allí pagan pero ni la cuarta parte de lo que se le paga a un hombre aquí”. Cabe recordar que en España, esta temporada, el club campeón de Liga ha cobrado un “premio” de 1.352,28€, mientras que en la Copa de la Reina sucede lo mismo. “Cuando nosotras llegamos a la final, nos dijeron que eran 800€, pensamos que era una broma, y no, es la realidad”.

Los miércoles la argentina tiene clase de guitarra, su mayor pasión después del deporte.
La futbolista sostiene que la sociedad está evolucionando poco a poco. “Actualmente, la gente no ve tan mal que una chica juegue a fútbol; asombra, pero apenas se escuchan los comentarios que anteriormente se hacían”, dice Mariela, que a nivel personal ya no recuerda cuándo fue la última vez que se sintió discriminada.

En cuanto a la limitada repercusión que suscita el fútbol femenino, el principal factor parece ser la escasa rentabilidad que genera. Si los clubes invierten en un equipo de chicas y no hay ventas, no obtienen beneficio. Lo mismo sucede con el poco protagonismo que la prensa otorga a este sector, aunque Mariela no culpa a los periodistas: “Si los clubes no apuestan por ello, lamentablemente, tampoco lo harán los medios de comunicación”.

Mariela se levanta cada día a las 8 de la mañana para trabajar en la tienda del club de 9:30 a 13:30h. 

Ana Rosa Maza: “Vivir del fútbol femenino es muy difícil”




DETACÓNLAB surge como laboratorio para experimentar el binomio mujer y fútbol desde diferentes disciplinas. Es una asociación cultural sin ánimo de lucro que busca reforzar el reconocimiento de la mujer en el deporte rey. El primer proyecto de esta plataforma fue el estudio 'Yo Futbolista', una encuesta difundida por redes sociales en la que participaron más de 500 futbolistas. Se analizaron 447 respuestas y a través de ellas conocimos los siguientes datos. Por lo general, muchas de las jóvenes que juegan al fútbol piensan en dejarlo por las presiones externas o simplemente porque no tiene futuro y “vivir del fútbol es muy difícil”, cuenta Ana Rosa Maza, una de las integrantes de la asociación. Un 57,9% de las encuestadas tiene estudios superiores, mientras que el 33,1% trabaja. Además, el 26,2% de ellas también es entrenadora o árbitro. Las estadísticas hablan por sí solas. 

En España, más de 40.000 mujeres cuentan con licencia
 futbolística, una cifra que aumenta cada año.
Pese a estos números, en DETACÓNLAB aseguran que la presencia de la mujer en el fútbol ha experimentado una progresiva incorporación, demostrada en la duplicación del número de licencias femeninas. En cuanto a los medios de comunicación y la visibilidad de la mujer, afirman que han surgido nuevos medios deportivos online integrados por mujeres o que medios tradicionales, como MARCA, han comenzado a incluir una sección de fútbol femenino. No obstante, el 88,4% utiliza Internet para informarse sobre este sector, mientras la prensa escrita es utilizada solo por el 10,7%. Asimismo, el 86,6% no está satisfecho con la información recibida por los medios tradicionales. Aunque el apoyo de la prensa es fundamental, Ana Rosa Maza cree que “el solo hecho de que los medios den más espacio al fútbol femenino no va a traducirse en un aumento del interés del público en esta disciplina”. 

Destaca como necesarios cambios estructurales en el sector de la comunicación, también en el futbolístico y en la sociedad en general, como no caer en tópicos y erradicar las desigualdades, además de ofrecer una correcta educación. Si comparamos con otros países, el 86,1% cree que la imagen que transmite el fútbol femenino español no es semejante a la que dan otras naciones. “En España, los medios deportivos tan sólo se hacen eco de lo referente a equipos masculinos de fútbol, y no todos, pero estamos seguras de que más pronto que tarde la mujer ocupará el lugar que ya se está ganando”, manifiesta Maza.





Ante las reglas del juego… Marta Frías
En España, ser mujer y árbitro todavía es una rareza. De los 15.669 registrados por el Comité Técnico de Arbitraje, tan solo son mujeres 544, alrededor de un 3%. El claro ejemplo de esta minoría, en Aragón. Pese a que el Comité Aragonés de Arbitraje trata de fomentar la presencia de las mujeres en los campos de fútbol, falta mucha ayuda exterior. Solo hay 8 frente a unos 450 hombres. Más complicado resulta encontrar árbitras aragonesas en categorías nacionales. Marta Frías (Cáceres, 1980) es la primera y única mujer colegiada en Aragón que pita en Tercera División y como asistente en Segunda B. Además, es internacional y ha arbitrado numerosos partidos femeninos en competiciones europeas.

Siempre le gustó el fútbol, jugaba a cualquier deporte, pero era una aficionada más. Hasta que llegó a Zaragoza hace quince años, cuando conoció a un compañero de trabajo que era árbitro. Él fue quien le propuso hacer el cursillo de arbitraje y, desde entonces, hasta hoy. Marta compagina su actividad arbitral con trabajo y estudios de Administración y Gestión Comercial, además de inglés. Su poco tiempo libre lo dedica a entrenar. Va prácticamente todos los días al gimnasio y como ella dice, las palabras fútbol y arbitrar son su Wikipedia.

Marta Frías es una de las pocas mujeres que puede arbitrar un partido a nivel internacional.
Para ella, el arbitraje es “una filosofía de vida que te forma como persona y te ayuda a madurar, además de a tomar decisiones rápidamente”. Por ello, si pudiera retroceder en el tiempo, volvería a ser árbitro sin ni siquiera dudarlo. Pero sus inicios no fueron fáciles, ya que no siempre fue bien recibida en los campos. “Cuando empecé a arbitrar, los jugadores me miraban raro y el público me decía que me fuera a fregar o que si había ido a pintar las líneas del campo”, cuenta Marta, quien se fue ganando el respeto hasta ser considerada un árbitro de fútbol más.

Pese a ello, ha tenido que hacer oídos sordos varias veces. Su mayor percance como árbitro tuvo lugar en Lérida, durante el 2011, y precisamente fue la primera denuncia por insultos sexistas en el fútbol profesional español. Marta era la asistente en un partido de Segunda B, cuando un grupo de personas comenzaron a gritarle de manera continuada y repetitiva: Enseña las t..., p...”, “te vamos a f...” o “seguro que aquí ganas más que de p...”. Tuvo que pararse el partido y, tras el anuncio por megafonía, los gritos cesaron. La cacereña asegura que este tipo de cosas ocurren cada vez con menos frecuencia, aunque la distinción siga existiendo.

Desgraciadamente, “en España no veremos a una mujer arbitrando en Primera División” afirma Marta. A comparación con otros países, asegura que la presencia y aceptación de la mujer en el fútbol español está un peldaño por debajo de otras potencias. Según ella, la repercusión en España nada tiene que ver con los países nórdicos: “Allí, a un partido femenino pueden acudir unas 7000 u 8000 personas y aquí alguna vez 500; además ellas ocupan las portadas de los diarios deportivos más vendidos”, añade la árbitra, que cree que tendría que existir un mayor apoyo de la prensa española.


Narrando el deporte… Olga Torres
Es en los medios de comunicación donde entra en juego el reconocimiento, además de cierta responsabilidad de potenciar el papel de la mujer, como deportista o como periodista. En el tratamiento informativo del deporte, siempre prima la imagen masculina frente a la femenina, independientemente del éxito cosechado. Pocas veces veremos como protagonistas a nuestras futbolistas, ya que el periodismo es el más acorde reflejo de la realidad: la desigualdad reina en el fútbol.

La presencia de la mujer en los medios de comunicación es mínima, aunque esta va en aumento.
Olga Torres, periodista deportiva desde hace 11 años, está de acuerdo con dicha infravaloración. “Si se publica una portada porque una chica ha ganado algo, se felicita al medio por hacerla, cuando debería ser algo normal“, dice Olga. Asimismo, añade que “en España nos falta mucha educación deportiva, entonces evoluciona muy despacio”, señalando este como uno de los principales problemas, pero no el único. Los escasos 10-15 minutos que se tienen para hablar de todos los deportes, también influye.

La periodista empezó a ir al fútbol puntualmente con solo cuatro años. Su tío la llevaba a La Romareda y, mientras desayunaban, le explicaba la teoría del fuera de juego con el vaso de Colacao, el de café con leche y las galletas. Precisamente, el tío de Olga fue quien le inculcó la pasión por la radio, que posteriormente se convertiría en su profesión. “Quería ser economista o profesora de matemáticas, pero la noche que falleció mi abuelo, no podía dormir y mi tío decía que la radio le ayudaba a dormir; la puse y me llamó la atención”, cuenta Olga. Desde entonces, seguía el fútbol a través de las ondas.

Se adentró en la radio tras realizar un curso en la Casa de la Juventud. En su primera crónica deportiva, tuvo que narrar el gol de Nayim en la Recopa. Le ofrecieron quedarse para colaborar y comenzó cubriendo el fútbol sala. Trabajó en la COPE hasta que Aragón Radio la llamó en el 2006, con todo preparado para ir la final de la Copa del Rey que enfrentaba al Real Zaragoza y al Espanyol en el Bernabéu. “Era la oportunidad de dedicarme por completo al periodismo deportivo, así que dejé colgada la acreditación para la final y me vine a Aragón Radio a cubrir la fase de ascenso del CAI Voleibol Teruel”, declara.

Olga Torres lleva 11 años dedicándose al periodismo deportivo.

Ninguna otra sección le llenaba tanto como la deportiva. No obstante, las periodistas de este sector también tienen que hacer frente a los estereotipos. Además, en muchas ocasiones, se les exige cumplir unos cánones de belleza que no se les pide a los varones. Algo que a Olga le da mucha rabia. “Parece que si pesas más de 60 kgs, no puedes dar la cara y estar en el campo, pero quizás no seas tan perfecta por fuera y sí una estupenda profesional”, critica la locutora. Como también piensa que, siendo mujer, cuesta más que te tomen en serio al hablar de fútbol.

Afortunadamente, Olga se ha topado con gente muy normal. Asegura que ha tenido suerte, también porque lleva muchos años dedicándose a la información polideportiva, aunque sí recuerda haber tenido un par de experiencias sexistas. “A base de derribar puertas, muros o, mejor dicho, a base de pelotazos, ya no existe el nivel de discriminación que había anteriormente, pero sí hay bastante gente que todavía tiene que romper ese chip”, afirma.

Un futuro sin estereotipos
La sociedad debe comenzar por normalizar el hecho de que una mujer se dedique al fútbol. O simplemente pueda acudir al campo como cualquier otro aficionado, sin sentirse un bicho raro por gustarle el fútbol, que no los futbolistas. 

Cuando las niñas no solo tengan que jugar con muñecas, y también puedan pasarlo bien con un balón, entonces estaremos ante un cambio de rol que permita la construcción de modelos femeninos en futuras generaciones.

En la asociación DETACÓNLAB tienen claro que “la única herramienta válida para la erradicación de estos estereotipos es la educación, un proceso en el que deberían intervenir los agentes educativos (colegios y universidades), los  medios de comunicación y por supuesto los órganos responsables de la gestión del fútbol (federaciones y asociaciones)”.
 
Llegará el día en que se produzca tal cambio de mentalidad. Que el fútbol tan solo sea cuestión de profesionalización, y no de sexos. Ojalá. Aunque seamos realistas, nos guste o no, el fútbol femenino jamás alcanzará la afición que existe por el fútbol masculino. En ello coinciden las protagonistas.










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